Si me hubieran preguntado por mis vacaciones soñadas, creo que nunca hubiera contestado 'a bordo de un crucero'. Pero cuando la compañía Norwegian Cruise Line nos dio la posibilidad a un puñado de periodistas de vivir en primera persona el bautismo de su nueva clase, denominada Norwegian Prima, decidí aceptar barco, nunca mejor dicho.

Una gama más 'premium', una ruta muy atractiva (salimos de Reikiavik y llegamos a Ámsterdam, parando en puntos de Irlanda, Inglaterra y Francia) y la actuación de ¡Katy Perry! para celebrar la inauguración fueron algunos de los alicientes que auguraban un buen viaje. Así que decidido: me subiría a la ruta del primer barco que zarparía bajo el título 'Clase Prima'.

norweigan prima imagenes
D.R.

Primera parada: el impacto de un crucero de bárbaras dimensiones

26 de agosto, Reikiavik, 10 grados, sol y un 'pedazo de bicho' esperándonos en el puerto de la capital islandesa. La impresión al ver lo que sería nuestra casa los próximos siete días fue potente. Ante mí, 294 metros de eslora (la longitud de una embarcación desde la proa a la popa). ¿Pero cómo han hecho esto? ¿Cuándo tiempo habrá llevado la construcción? ¿Cómo han hecho para armar esa pieza taaan vasta ahí arriba? Desde luego, seguridad y confianza, trasladaba. Con los pies todavía en tierra, todo ese 'mounstruo' de caballería que tenía ahí delante (¡su peso es de 143.535 toneladas!) me decía que algo bueno estaba por llegar y que, como otras muchas veces en la vida, me preparara para quitarme prejuicios de la cabeza. Y así fue.

vistas desde el puerto de reikiavik
Amaya Lacarra
Vistas desde el puerto de Reikiavik
vistas desde el puerto de reikiavik
Amaya Lacarra
Vistas desde el puerto de reikiavik

Para poder entrar al barco transitamos un control efímero montado en el puerto, parecido al que puedes pasar en un aeropuerto: fue más ligero pero la preparativa y las fases de control, similares. Unas largas escaleras unían suelo con nuestro nuevo hogar y traspasarlas, fue una buena sensación. Una vez dentro, el imaginario te lleva directa a un gran 'resort': personal uniformado en sus puestos, tiendas, bares y cafeterías, escaleras que te llevan a otros pisos o un gran mostrador de información (señal de que aquí había mucho por hacer y mucho entre lo que perderse) fueron los primeros 'inputs' que le sirvieron a mi cerebro para decir: 'vale, estoy en un gran hotel flotante'.

"Desde el primer momento lo vi claro: estaba ante un gran hotel flotante"

El primer día fue como el de una niña con zapatos nuevos: correteábamos por los pasillos tratando de hacernos un mapa mental del lugar. Y a cada paso te sorprendías más, y te volvía la pregunta de '¿pero y cómo han hecho esto?'. Con una capacidad para 3.100 huéspedes, hubo algo que desbancó la idea que tenía de que, quizá, aunque fuera un barco 'deluxe', tendría algo de claustrofobia. Sin embargo, si algo se diferencia el Norweigan Prima del resto de sus compañeros, es por nacer con un diseño mucho más diáfano, minimalista y espacioso. En los siete días, no hubo ni uno en el que sintiera que vivía encerrada. Otro de sus 'must' es el arte y el diseño, que lo palpas a cada esquina. Y es que, además de haber sido construido en Marghera (Italia) por el reputado constructor naval italiano Fincantieri, numerosos famosos estudios de arquitectura han participado en su construcción (como Rockwell Group), o diferentes artistas han puesto su sello (en el casco hay un diseño del famoso grafitero Manuel Di Rita).

Pero lo que verdaderamente me conquistaron fueron los espacios para disfrutar al aire libre. Pasé muchas horas en el 'Ocean Boulevard', una superficie de más de 4.000 metros cuadrados que envolvía toda la cubierta, y donde siempre encontrabas algo para disfrutar: desde piscinas o 'infinity pools', a terrazas con servicio de restauración, o metros para, sencillamente, pasear sintiendo la brisa. Además, mis colegas de profesión no paraban de entrar y salir de alguna de las actividades recreativas que también encontrabas en la parte alta del barco. ¿Lo que más triunfó? Hay empate de opiniones: por un lado los 'karts' (Prima Speedway), una pista de carreras REAL de tres niveles para sentir la velocidad en tu rostro pero con vistas al mar, y por otro dos toboganes en formas circulares, The Rush y The Drop, ideales para deslizarse disfrutando de pura adrenalina.

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Tobogán del Norweigan Prima.
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Parte exterior del Norweigan Prima

La comida en un crucero (un gusto... para todos los sentidos)

Para una 'disfrutona' de la buena mesa como yo fue una grata sorpresa encontrar la amplia oferta gastronómica que el Norwegian Prima ofrece. Un total de doce opciones 'gastro' y salas con terraza: cuatro de ellos de cortesía (sí, a veces había que hacer un esfuerzo por no llenarse el plato), otras cuatro opciones de restaurantes muy 'top' de especialidad, y varios bares y salones, ideales para tomarse una copa. ¿El resultado? Siempre había dónde elegir y por tanto, no aburrirte en términos de restauración durante tu semana de crucero. Adiós una vez más a otro estereotipo, a la idea de que en este tipo de vacaciones estás abocada a comer cantidades industriales sinsentido en un 'buffet' de dudosa calidad.

No tuvimos tiempo de probarlos todos, pero sí los necesarios para comprobar que el abanico 'foodie' era más que notable. Encontrabas espacios que te transportaban directamente a un restaurante 'top' de la capital, como el Onda By Scarpetta (cocina italiana), Los Lobos (mexicano con una vuelta moderna) . Otros locales más informales como el Local Bar & Grill (situado en un ambiente de club de playa) o el Indulge Food Hall, inspirado en los mercados gastronómicos y con once puestos de comida, cumplían el papel perfecto para comer o cenar esos días de resaca que tu estómago te pedía 'empapar' pero con ingredientes de calidad.

Una de las noches más reseñables en términos 'gastro', fue la cena que disfrutamos en uno de los asiáticos, el Hasuki. Sentados alrededor de los fogones, el chef nos hizo reír, probar, volver a reír y opinar sobre lo que se estaba cociendo. ¡Una experiencia asiática aderezada con la idea de estar sobre el agua más que divertida!

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Chef en el restaurante Hasuki.
viajar en un crucero
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’Selfie’ en una de las terrazas gastro.

El espectáculo en un crucero: que empiece la fiesta

Otro de los 'must' del Norwegian Prima fue su oferta cultural y musical. Cada día podías acudir a un espectáculo distinto, tomarte una cerveza escuchando 'live music' en la barra de alguno de sus bares, o dejarte llevar hasta la pista de baile en su discoteca, con unas dimensiones y un sonido bru-tal.

La primera vez que pisé el 'auditorio' del barco, el Prima Theater & Club, con sus tres pisos y unas butacas extraíbles que daba paso a una gran pista de baile, jamás lo olvidaré. Actuaba Katy Perry, la madrina que había elegido el grupo para celebrar este bautismo. Con una 'performance' colorida, un elenco de bailarines precioso y la fuerza como mujer que le caracteriza, sonaron muchos de sus temazos clásicos junto con otros temas más nuevos. Apareció con un tocado que le caracterizaba como un graciosísimo 'champiñón', y bailó y alzó su voz hasta que con 'Firework', consiguió levantar a todo el público de las gradas. ¡Una noche para el recuerdo!

katy perry en norweigan prima atuando
Norweigan Line Cruise
Katy Perry actuando en el Norweigan Prima.

¿Un cotilleo? Orlando Bloom, su niña y parte de la familia le acompañaban, y se hicieron con prácticamente toooda la zona VIP del crucero, colocada en la popa, y conocida como The Haven by Norwegian. Ocupando ocho cubiertas llenas de 'suites' (107 en total) y áreas públicas, se trataba de un concepto muy 'deluxe' que encaja con la idea de "un barco dentro de otro barco". Quien dormía allí ni se enteraba de las otras 3.000 presonas que navegaban bajo el mismo 'techo'. Nosotros pudimos pasearla durante diez minutos, y este es uno de los rincones que más me fascinaron: la 'infinity pool' que deja atrás el movimiento del mar que provoca el barco.

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D.R.

Pero Katy Perry no fue la única que dio ritmo a nuestra experiencia: tras el telón, otros espectáculos de altura elevaban la programación para todo pasajero que se adentre en la experiencia del nuevo barco. Entre otros, pudimos bailar al son de Kool & The Gang, el grupo mítico de Nueva Jersey de R&B y 'soul'. Al principio pensé que sería un homenaje pero enseguida me di cuenta de que ¡sorpresa!, eran los auténticos. ¡Una fantasía!

Además, otro espectáculo traído directamente de Broadway, el musical Summer: The Donna Summer Musical, consiguió que se superaran todas mis expectativas. Una puesta en escena de 10, un sonido disco que me envolvió, o un vestuario que te hipnotizaba son algunos de los recuerdo que en mi mente avalan el alto nivel y la verdadera apuesta por la farándula en este crucero. Tras un evento así, claro, ya solo puedes pensar en irte a la barra para seguir tu noche... hasta que el cuerpo aguante (y así lo hicimos).

Uno de los recovecos ideales para desconectar es su spa, Mandara. Con 22 salas de tratamiento, la lista de servicios es infinita en pro de tu bienestar, además de contar con un gimnasio y clases de diferentes disciplinas. Sus instalaciones termales emanan mucha paz pero, sin duda, lo mejor es dejarte atrapar por el sosiego que conseguirás echada en sus tumbonas, que miran al mar por un gran ventanal.

Las actividades 'outside' del crucero

Antes de embarcarme en esta aventura, lo que más me motivaba de vivir la experiencia en un gran crucero era la posibilidad de ver distintas ciudades distanciadas en el mapa en pocos días. Y sin duda, fue una de las grandes ventajas. La linea Norwegian Prima navega por el norte de Europa, el Reino Unido, el Caribe y las Bermudas. A mí me tocó la primera modalidad y en cada puerto, pude organizar un ocio diferente. El barco, como veis, lo tiene todo para no querer salir de allí. Sin embargo, también ofrece multitud de excursiones, actividades y personal cualificado que te va a guiar y acompañar a aquellos lugares que quieras visitar una vez llegas a puerto.

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Vistas desde el barco de Cork (Irlanda).
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Excursión a Stonehenge (Inglaterra).

Disfruté de la extrañeza de Reikiavik, viviendo una noche mágica en su auditorio, la maravilla arquitectónica Harpa. En el segundo destino, Cork (Irlanda), recorrí un mercado local (The Cornmarket Center Saint Nicholas), o gocé de las vistas de la Catedral de San Finbar. El barco también me acercó al histórico lugar Stonehenge (Salisbury, Inglaterra), el monumento de piedra en el que se para el tiempo. El punto a más de historia lo puso la localidad Cricqueville en Bessin, donde aprendimos más sobre el Desembarco de Normandía. Por último, pocas ciudades mejor que Ámsterdam puedo imaginarme para dar con el perfecto broche final.

El crucero cuenta con una 'app' muy útil, ideal para ir organizando tu viaje minuto a minuto. Era la mejor herramienta para no quedarte sin reserva en el restaurante, sin la clase de yoga con la que amanecer o la excursión que llevabas tiempo esperando. ¡Se conviritió en mi brújula!

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D.R.

La parte emocional que te da un crucero

Pero lo que me llevo de esta travesía son los nuevos estímulos personales que experimenté. Sí, todo cogió una marcha de crucero fantástica: vivíamos entre unas instalaciones de lujo, un gran servicio a tu disposición, la adrenalina de una aventura, opciones y placeres por doquier, nueva gente con quien estrechar lazos en pocos días pero lo mejor, me llegó un día sentada sola en el balcón de mi habitación.

La percepción del tiempo. Estaba en mitad de los dos días que nos adentrábamos en alta mar, sin parada alguna. Y la cabeza me cambió. La señal era débil y tú sabías que estabas en medio del océano o lo que es lo mismo para quien no está acostumbrado, en medio de la nada. Qué maravilla fue sentir real distancia con tu realidad. Qué maravilla fue poder ver y valorar tus cosas y tus personas con perspectiva para cogerlas como se merecen a tu vuelta. Qué maravilla fue mirar a la nada, verlo todo azul y no necesitar nada más para ser feliz. Qué maravilla fue este viaje. ¡Volveré a un crucero!

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Amanecer en el balcón de la habitación.
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Despedida del puerto cerca de Salisbury (Inglaterra).
Tod la info sobre crucero Norwegian Cruise Line: www.ncl.com/es

+Fotos Norwegian Prima

crucero norwegian prima fotos