Cuando oímos hablar de dieta proteica, o hiperproteica, lo que nos viene a la cabeza es un modo de alimentación que se basa en las proteínas, o sea, carne, pescado, huevos y leche. ¿Y nada más? En absoluto. Hay numerosas dietas proteicas, y una de las más conocidas es la dieta keto, sin embargo, en esta el porcentaje de grasa es muchísimo mayor que el de proteínas de la carne. Y es que no toda la grasa es animal; hay muchísimas verduras y semillas que son fuente (excelente, por cierto) de proteína y grasa.

La proteína está de moda. Tanto, que hasta se desarrolla también en la cosmética más tecnológica, para la piel o para el cabello, formando en estos como una especie de "pegamento natural" que se adhiere a la queratina natural del cabello para conseguir melenón. Pero volviendo a las dietas, las de este tipo cuentan con muchísimos seguidores. ¿Las razones? Sobre todo, tres: que controlan el apetito y la saciedad, que ayudan a gestionar la diabetes y que conservan la masa muscular, por lo que la flacidez típica tras una dieta es menor. En realidad, las dietas proteicas son sinónimo de dietas cetógenicas. Se trata de maneras de alimentarse con aporte proteico (DAP) y muy pocos hidratos de carbono, los mínimos posibles, por eso provocan cetosis.

¿Qué es la cetosis?

Nuestro cuerpo tiene dos combustibles: el glucógeno (hidratos de carbono), que se acumula en el hígado y los músculos y es la "gasolina" habitual con la que funciona nuestro cuerpo, y la grasa. "Cuando nos quitamos los hidratos de carbono (harinas y azúcares refinados, verduras como zanahorias o calabazas, con alto índice glucémico), al cabo de unos cuatro días quedan vacíos los depósitos corporales de glucógeno. Si no los rellenas, el cuerpo utiliza el segundo combustible que tiene: la grasa", explica la doctora Mª José Crispín, médico estético y nutricionista de la Clínica Menorca, y experta en adelgazamiento.

Cuando esto ocurre, la quema de grasa produce unos residuos que se llaman cuerpos cetónicos y que pasan directamente a la sangre. Estos provocan un descenso del apetito y una sensación de euforia (las cetonas son el combustible del cerebro). "El problema es que para que las cetonas no sean tóxicas, se han de ingerir al menos dos litros de agua al día y controlar el nivel tóxico. No hacerlo supone un peligro muy alto para el organismo, por lo que estas dietas siempre deben ser supervisadas por un médico", remata la doctora.

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Ventajas e inconvenientes de las dietas proteicas

Aunque este tipo de dietas son efectivas para un tipo de personas durante un tiempo determinado, no lo son tanto para otras. Según explica Ana Sánchez Morillas, dietista-nutricionista y fundadora de Paso de dietas,“esta pauta alimentaria basada sólo en la ingesta de proteínas no es flexible y nos condiciona a la hora de elegir alimentos. Además, reduce en exceso el consumo de alimentos que nos aportan nutrientes esenciales para mantener una buena salud”. Además, por ejemplo hay personas que no pueden pasar sin alimentos altos en carbohidratos como las legumbres, la pasta, las frutas… "por lo que una dieta hiperproteica no les servirá de estímulo para llevarla a cabo, lo que acabaría en abandono seguro", añade la experta.

Ventajas de las dietas proteicas

  • Mejoran los problemas de inflamación al no consumir carbohidratos, que son los que la provocan.
  • Son eficaces para adelgazar.
  • Ayudan a gestionar la diabetes.
  • Aumentan la tasa metabólica (digerir las proteínas consume más energía, y calorías, que otro tipo de alimentos).

Inconvenientes de las dietas proteicas

  • Se puede producir debilidad, mareos, dolor de cabeza y halitosis hasta que el organismo se acostumbra a la falta de carbohidratos
  • El exceso de proteína puede sobrecargar el riñón. No están indicadas para personas con problemas renales o hepáticos.
  • Suelen desplazar el consumo de otros alimentos con gran contenido en fibra, vitaminas y minerales, esenciales para el buen funcionamiento del organismo, como frutas y verduras.
  • La falta de fibra en la dieta podría provocar estreñimiento.
  • Suele ser necesaria la suplementación de vitaminas y minerales.
  • Son muy restrictivas y dificulta la vida social.
  • La recuperación de peso es directamente proporcional a la rapidez con la que lo pierdes.

Las dietas proteicas más famosas

Dieta Keto

Es la más buscada en google. Promete perder peso, ayudar a gestionar la diabetes, y contribuye a prevenir y gestionar afecciones como el cáncer o enfermedades neurodegenerativas. Los porcentajes de alimentos que intervienen en la dieta keto son un 70% de grasa saludable, un 25-30% de proteína y un 5-10% de carbohidratos.

El momento más crítico para quien la sigue son las primeras semanas, cuando el cuerpo se tiene que reajustar para quemar grasa en lugar de calorías. Se ha hecho tan célebre que acaba de nacer la ketonola de la mano de La Newyorkina, la granola con los niveles de azúcar más bajos del mercado. Contiene proteína de cáñamo, es ‘gluten free’, vegana y tiene certificación ecológica. O el Kaiku Caffè Latte Proteína Mr. Big.

La historia de Laura, la autora de Keto con Laura, es real y muy cercana. Se ha convertido en una de las gurús de la dieta keto después de enfermar y engordar 30 kilos. Primero empezó tímidamente, animada por su hermano, a seguir las recetas de ‘instagramers’ americanos, hasta que decidió crear su propia cuenta de Instagram. "La keto es un estilo de alimentación, incluso un estilo de vida. Se priorizan las grasas de calidad (AOVE, aguacate, frutos secos), se modera la proteína y se reducen los carbohidratos para mantener estable todo el día el nivel de glucosa en sangre", asegura Laura. Así tienes energía continuamente y nunca te entra sueño, porque siempre tiras de la grasa propia del cuerpo. De todas sus recetas, las preferidas de Laura son la tarta de limón y la pizza con base de pollo.

Dieta Pronokal

Acaba de ser vendida a Nestlé Health Science. Es un método médico de pérdida de peso a base de dieta cetogénica muy baja en grasas que se combina con actividad física y supervisión médica. Su última innovación, llamada ‘Define’, dura cinco semanas y está dividida en dos etapas con packs de alimentos para cada una de ellas: 21 días en paso cetogénico y 15 en adaptación metabólica. Incluye un seguimiento digital y un programa personalizado de ejercicios. Sus alimentos combinan proteínas de alto valor biológico de origen natural (sobre todo leche, huevo y soja) y DHA (las siglas en inglés del ácido docosahexaenoico, un ácido graso esencial poliinsaturado de la serie omega-3 que se encuentra de manera natural en la leche materna, el pescado azul y las algas).

Dieta Dukan

Fue un ‘boom’ hace 20 años. Con este nombre (ese que tantas personas cambian a ‘Duncan’) se presentaba en sociedad la que podríamos denominar precursora en el mundo de las dietas hiperproteicas. Su creador, el francés Pierre Dukan, la plasmó en su libro ‘No consigo adelgazar’, que enseguida se convirtió en un éxito mundial. A la vez, en la web del doctor se puede calcular el peso que se puede o se debe perder y el tiempo que lleva cada fase entre las que se divide. Esta dieta se basa en un listado de alimentos permitidos, de los que se puede comer la cantidad que se quiera y casi en cualquier momento del día. Lo que no aparece en ese listado, no se puede comer. Sin excepciones. Cada fase incluye una serie de alimentos, y propone tomar salvado de avena de trigo a diario y para siempre, además de beber mucha agua, como mínimo un litro y medio al día, y caminar 30 minutos.

Dieta Ysonut

Su ‘highlight’ es la dieta Proteifine, consistente en aumentar el aporte de proteínas, indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y, por otra parte, en disminuir los aportes de hidratos de carbono y grasas, responsables del aumento de peso. Se divide en 6 fases: una primera, estricta (casi exclusivamente proteínas con preparados de la marca y algunas verduras; las dos siguientes, mixtas (se incluye carne, pescado o huevos); la 4 y la 5, de transición (se aportan glúcidos y lípidos, y más comidas tradicionales) y la sexta, de equilibrio alimentario, en la que se define una nueva manera de nutrirse con todo tipo de alimentos. Incluye acompañamiento médico.

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Amelia Larrañaga

Periodista especializada en belleza, bienestar y estilo de vida desde hace más de 25 años. Desde que se licenció en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, ha escrito para medios como Elle, Vogue, Woman, Yo Dona, Mujer Hoy, Elle Gourmet o Harper’s Bazaar.  Dentro del mundo de la belleza, es experta en peinados, cortes de pelo y cabello en general (en una alfombra roja, no se le escapa el más discreto de los postizos ni el más escondido de los trucos) y lo sabe todo acerca de color y las últimas tendencias capilares, gracias a que se tituló en Peluquería en la Academia Guallar de San Sebastián mucho antes de estudiar periodismo.  Si no hubiera sido reportera, le hubiera gustado ser antropóloga o socióloga, por eso disfruta como una niña con ensayos que le ayuden a entender mejor al ser humano y su conducta, individual y en masa, o entrevistando a los expertos para sus artículos sobre psicología y tendencias sociales. Probadora profesional de experiencias, es capaz de sumarse a cualquiera de sus valientes retos “30 días sin…” para luego contar cómo es transitar durante un mes fuera de su zona de confort.