El cáncer de piel es el más frecuente en el mundo, y dentro de este tipo de cáncer, el menos frecuente, pero más agresivo, es el melanoma. Según el Observatorio del Cáncer, de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), se calcula que cada año cerca de 6.000 personas en España desarrollan un melanoma, y más de 74.000 tienen un cáncer cutáneo no melanoma.

Y, ¿sabes qué?, detrás de muchísimos de los casos de melanoma está la obsesión por ponerse morena o el descuido en la protección solar, por eso el 81% de los casos se dan en países desarrollados. A que, si lo piensas un poco, es estúpido no ser cuidadosa con la exposición a la radiación, ¿no te parece?

¿Qué es el melanoma?

En cuanto te expliquemos cómo surge este tipo de cáncer, seguro que vas a tener más cuidado en la playa y en tu día a día a partir de ahora. ¡Empezamos! El origen del melanoma está en unas células que tenemos en la piel que se llaman melanocitos, y que son las que nos dan el color marrón del bronceado. “El melanocito, que está en la capa basal de la epidermis (la parte más superficial de la piel), se encarga de producir la melanina, que es la sustancia que evolutivamente hemos desarrollado los humanos para proteger el material genético de las células de los efectos de la radiación. Pero cuando el melanocito empieza a crecer de manera descontrolada y el cuerpo no puede reparar ese daño, se convierte en una célula cancerosa, que se multiplica anormalmente y es lo que origina el cáncer de piel melanoma”, explica el doctor Eduardo Nagore, dermatólogo de la Sociedad Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

La epidermis está separada de las capas más profundas de la piel por la membrana basal. Pero cuando el cáncer de piel avanza, suele atravesar esta barrera e invade las capas más profundas. Por cierto, que siempre que pensamos en melanoma lo asociamos a una mancha en la cara, pero, cuidado, la mayoría de los melanomas aparecen en la piel del cuerpo. Y no sólo eso. “El melanoma, aunque es muchísimo menos frecuente, también puede aparecer en la mucosa de la boca, del recto o de la vagina, o en el interior de los ojos”, detalla el doctor Nagore, quien también precisa que las plantas de los pies, de las manos o debajo de las uñas son otros lugares donde puede darse un melanoma.

doctor examinando a una mujer
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Y, curiosamente, la localización más frecuente de esta enfermedad varía según el sexo. “En las mujeres el melanoma es más frecuente en las extremidades inferiores, seguidas de las superiores y, en tercer lugar, el tronco. En los hombres, la zona de aparición más frecuente es el tronco, después la cabeza y cuello y, en tercer lugar, las extremidades superiores”, apunta Alfonso Berrocal, presidente del GEM (Grupo Español de Melanoma) y jefe de la sección de Oncología del Hospital General de Valencia.

Por otra parte, como explica Marisol Soengas, presidenta de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA), “el melanoma se distingue de otros cánceres de piel en tres niveles: las células de origen (melanocitos), su capacidad de diseminarse por el organismo y dar lugar a metástasis y, finalmente, una resistencia intrínseca a muchos tratamientos antitumorales”.

¿Qué lo provoca el melanoma?

Para empezar, no te creas libre de padecer un cáncer de piel tipo melanoma, aunque tengas la piel más oscura que otras amigas tuyas. En realidad, como advierte el dermatólogo de la AEDV, cualquier piel puede desarrollar un melanoma. La razón es fácil de averiguar: “Los principales factores de riesgo de desarrollo de un melanoma son la exposición a la luz ultravioleta, que la producen tanto en sol como las cabinas de rayos UVA, y el tipo de piel, siendo mayor el riesgo en los fototipos bajos”, resume el doctor Alfonso Berrocal.

De todas maneras, también hay que decir que tener una piel más clara empeora las cosas. “Hay gente que tiene más riesgo, como las personas pelirrojas y las rubias, y esto está relacionado con su fototipo. Por decirlo de alguna manera, tienen una melanina defectuosa, que no sólo no protege, sino que en contacto con la radiación produce radicales libres que dañan su ADN celular”, apunta el doctor Nagore.

Según el experto deben llevar también un cuidado especial las personas con la piel sensible, que tiene dificultad para ponerse morena y facilidad para ponerse roja y quemarse. “Y también la gente que tiene muchos nevus (lunares), pues esto ya está indicando que tu cuerpo, de forma genética, tiene facilidad para que tus melanocitos se multipliquen”.

Además, el especialista señala que en el melanoma hay que tener en cuenta los antecedentes familiares directos. “Este factor también favorece la aparición de un melanoma; de hecho, aumenta el riesgo de padecerlo casi en dos veces”.

¿Cómo prevenir el melanoma?

La consigna es clara: ser cautelosa, estar vigilante y protegerte del sol. “La mejor prevención conocida es el cuidado de la piel y prestar especial atención a la exposición solar, siempre con protección adecuada y evitando las horas centrales del día, y recordar el uso de gafas y sombrero. Y esto debe hacerse todo el año”, confirma la doctora Pilar López Criado, jefa de la sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello, y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Así que prevenir este cáncer de piel, en un alto porcentaje, va a depender de ti y de lo concienciada que estés del problema que supone que te dé más sol de la cuenta: “Del sol y su capacidad para desarrollar un melanoma hay dos cosas importantes que hay tener en cuenta. Una son las quemaduras, especialmente las que producen ampollas, pues son sinónimo de daño en la célula. Y, segundo, la acumulación de sol, por razones trabajo, actividades al aire libre o cualquier otra exposición excesiva, pues la piel está recibiendo mucha radiación”, sentencia Nagore.

Al igual que ocurre con el cáncer en general, la edad también influye, y por varias razones. “Dado que el melanoma está relacionado con el sol, a mayor cantidad de radiación recibida, el sistema inmune funciona peor y puede que no destruya la célula cancerosa. Y también tiene que ver que a medida que vamos cumpliendo años envejecen los mecanismos de control de la piel”, precisa el dermatólogo.

Las recomendaciones para la prevención del melanoma son las mismas en todos los casos y con la ventaja de que son gratis y las puedes haces en casa. “No requiere, en principio, de unas pruebas especiales. Hay que llevar cuidado y tener sentido común. No estaría mal, lo mismo que miramos si al día siguiente va a llover o qué temperatura va a hacer, mirar también el índice de radiación previsto. Debemos orientar nuestra conducta y la protección de la piel adaptándolas al tipo de piel, de actividad y de estación”, aclara Nagore.

Y parece que los jóvenes están ya muy concienciados en esto, porque, como señala el oncólogo Alfonso Berrocal, si bien la incidencia del melanoma continua en ascenso de forma global, la buena noticia es que se ha frenado en el grupo de edad de 0 a 34 años. “Esto podría ser una demostración de que las medidas de prevención de la exposición a la luz UV funcionan, al ser la población más joven la educada en los hábitos saludables de exposición la franja en la que se está estabilizando la incidencia”.

Síntomas del melanoma

Si alguna “ventaja” tiene este cáncer sobre otros muchos es que el melanoma se ve. Y, ojo, no te lleves a engaño: “El melanoma aparece en un 80% de los casos en piel sana, sin ninguna lesión pigmentada previa. Y solo 1 de cada 5 aparecen sobre un lunar preexistente”, aclara el oncólogo Alfonso Berrocal.

“En el caso de los lunares, los dermatólogos proponen aplicar la regla del ABCDE, una serie de criterios que pueden ayudar a distinguir un lunar normal de una lesión cancerígena como un melanoma. Estas siglas responden a asimetría, bordes irregulares, color cambiante, diámetro mayor a 6mm y evolución por cambios de aspecto”, revela la doctora Pilar López Criado.

Complementaria a esta fórmula fácil de recordar, el dermatólogo Eduardo Nagore apunta dos reglas básicas: “El ABCD es útil, pero cuando lo se puede aplicar, por lo general, el melanoma ya es muy gordo. Hay lesiones que tienen esas características y reconocerlas así está bien, pero es mucho más fácil recordar, primero, la regla del patito feo. ¿En que consiste? A veces no tenemos nada en la piel o tenemos unos lunares o una población de ellos. Pero, de repente, vemos algo diferente, que empieza a cambiar de aspecto o crece. Eso no es sinónimo de algo malo, pero sí se debe consultar con el dermatólogo, pues son signos de sospecha. Si crece y pica, hay que consultar; y si cambia y duele, también. No digamos ya si sangra… Y la segunda regla que hay que aplicarse es que la medida de prevención más importante es la autoexploración. De la misma manera que dedicamos al menos seis minutos para lavarnos los dientes y no tener caries, deberíamos gastar un minuto al mes para no morir de un cáncer, no es mucho esfuerzo. Mirarte la piel que no te ves durante tu vida rutinaria es básico. Con un espejo de mano llegas prácticamente a todas las zonas del cuerpo. La más difícil es el cuero cabelludo, y ahí te puede ayudar una persona separando los mechones con un secador”.

melanoma
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Melanoma: pronóstico y tratamiento

Las noticias acerca del melanoma, aunque depende del estadio en el que se detecte este tumor de piel, son esperanzadoras. “Ha mejorado mucho el abordaje y pronóstico de cualquiera de los tres tumores de piel, tanto del melanoma, como del carcinoma basocelular o del tipo escamoso. Si bien es cierto que sigue siendo el diagnóstico precoz y su resolución en estas primeras fases lo más deseado. En fases avanzadas el desarrollo de la inmunoterapia y sus combinaciones ha revolucionado el melanoma, así como la mejor definición molecular que permite terapias orales en algunos pacientes”, afirma la jefa de la sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello, y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Lo confirma el dermatólogo Eduardo Nagore: “El pronóstico ha cambiado radicalmente a mejor. El problema es que seguimos detectando melanomas bastante avanzados que crecen rápido y que tienen una alta mortalidad. Los que se detectan tarde porque salen en la planta de los pies, en las uñas o en los genitales y avanzan, normalmente es porque uno no piensa que es un cáncer de piel, y tarda en ir al médico. Antiguamente en conjunto antes se morían a 5 años el 10-15% de las personas diagnosticadas. Ahora bien, cuando la enfermedad ya es metastásica, la tasa de supervivencia a dos años era sólo del 10-15% de los pacientes. Ahora, sin embargo, con los fármacos diana, hemos pasado a que la supervivencia a cinco años de pacientes con metástasis es del 50-60%”.

Y es que el melanoma destaca por su letalidad una vez se ha diseminado. “La primera opción para tratar el melanoma en fases tempranas es la cirugía. El objetivo es eliminar el tumor antes de que pueda generar metástasis. Un segundo grupo de tratamientos se enmarca en terapias dirigidas a alteraciones genéticas que se acumulan específicamente en estas células tumorales. Desafortunadamente, los melanomas acumulan tantos mecanismos de resistencia, que estas terapias genéticamente dirigidas suelen tener un efecto transitorio. Los tratamientos más eficientes en este momento están orientados a conseguir un a mejor respuesta inmunitaria, desactivando frenos y mecanismos de supresión que las células tumorales activan para impedir el reconocimiento por el sistema inmunitario. La tendencia es a aplicar combinaciones de terapia genética e inmunoterapia en estadios muy tempranos del tumor, inmediatamente después o incluso antes de la cirugía. Todavía no son efectos duraderos en muchos de estos casos, y los efectos secundarios son importantes, pero estas terapias son un gran avance científico y clínico”, explica Marisol Soengas.

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Virginia de los Ríos

Virginia de los Ríos es experta en Belleza y Grooming, temas de los que escribe habitualmente en Cosmopolitan: cremas faciales, cosmética corporal, tratamientos capilares, protocolos en cabina, perfumes, nuevos activos… Desde Dior a Chanel, pasando por Loewe, Sephora, Augustinus Bader o Cantabria Labs, sigue al milímetro los lanzamientos de las marcas del sector beauty, desde las más prestigiosas a las firmas nicho o las marcas low cost.

A esta periodista especializada en belleza y tratamientos –y a la que muy pocas cosas le harían renunciar a un pintalabios rojo satinado– le sigue apasionando, después de 15 años escribiendo sobre belleza, colarse en los laboratorios cosméticos para conocer cómo se desarrollan los ingredientes más punteros, destapar el frasco de las nuevas esencias y meter los dedos en los tarros de crema. Antes de que Instagram fuera un embrión, creó la plataforma The New Millesime, con el formato de tablero, para dar a conocer y analizar lo último en cosmética de lujo y lifestyle.

Virginia de los Ríos se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto, posteriormente se diplomó en Edición y Publicación de Libros por la misma universidad y tiene el Máster en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Fue profesora de Lengua y Literatura españolas durante dos años en la Universidad de St. Andrews (Gran Bretaña) y cuenta con una experiencia de más de dos décadas como periodista en distintos medios de comunicación, entre los que destacan algunas de las cabeceras de HEARST, como Elle, Cosmopolitan, Harper’s Bazaar, Men’s Health o Esquire. Además, ha sido redactora jefe de Women’s Health y ha colaborado en numerosos grupos editoriales y publicaciones de relevancia, como Prisa, Unidad Editorial, El Semanal XL, MujerHoy, Yodona, Fuera de Serie, etc.